Qué hace el barro por nosotros
¿Sabías que el barro es un recurso natural que podemos encontrar con facilidad?
Como material ecológico es un buen regulador de temperaturas, es económico, reciclable y no se consume por el fuego, es un material fácil de moldear.
Su obtención es respetuosa, si se extrae del propio emplazamiento, provoca un impacto poco mayor que el que ya supone realizar la propia construcción.
No lleva asociados problemas como la deforestación o la minería extractiva que implican otros materiales constructivos.
Es un elemento que la naturaleza brinda, es por ello que posee propiedades tanto curativas, cosméticas y para crear utensilios.
Pero el barro también tiene sus debilidades, una construcción de barro tendría que tener mantenimiento, pues se puede agrietar, humedecer, deteriorarse por el viento, incluso tener plagas de insectos.
El barro además posee propiedades curativas que se conocen desde hace milenios ya que es refrescante, desinflamante, descongestionante, purificador, cicatrizante, absorbente, calmante.
• Desinflama los golpes ocasionados en el cuerpo.
• Calma los dolores musculares y dolores nerviosos.
• Descongestiona el interior y activa la circulación y extremidades que se calientan.
• Purifica la sangre haciendo que fluya con normalidad.
• Ayuda a cicatrizar raspaduras, picaduras de insectos quemaduras y heridas.
• Baja la fiebre.
La barroterapia, fangoterapia, lodoterapia o geoterapia consiste en aplicar cierta cantidad de barro sobre la piel y dejarlo reposar durante un tiempo hasta que quede totalmente seco.
Los primeros en descubrir los beneficios del fango fueron los egipcios. Ellos lo utilizaban muy a menudo para tratar inflamaciones, heridas cutáneas, el reuma e, incluso, para embalsamar.
Hoy en día existen centros en los que se aplican tratamientos con barro a nivel curativo.
Pero también podemos acudir a muchas playas en el litoral español a tomar baños de barro, todo esto sin pagar un euro y mientras estás tumbado en la playa esperando que pasen las horas.