Grifos tradicionales y termostáticos
Los grifos ¿Quién no tiene uno? Un elemento muy importante en cualquier casa y esencial en cualquier baño, inventado por Thomas Gryll en 1800, los primeros grifos representaban cabezas de animales, siendo el animal mitológico del Grifo el más utilizado. Dando nombre a este.
Algunos ejemplos de grifos son unos divididos en dos en los que el agua caliente salía por un grifo y el agua fría por otro, luego había otros en los que el agua salía por un solo grifo, pero sigue estando compuesto de dos mandos uno a cada lado a los más modernos en los que hay una única palanca accionadora desde la que se da paso al caudal del agua y dependiendo para que lado, derecha o izquierda, se gire sale con mayor o menor temperatura a los últimos, los termostatitos.
Ahora bien, desde hace algún tiempo se ha empezado a popularizar el uso de nuevos grifos, grifos termostáticos. Todo evoluciona en diseño, materiales, tejidos, calidades, porque no en grifos. Los grifos térmicos o termostáticos frente a sus hermanos, los tradicionales, denotan unas claras ventajas.
Algunas de sus ventajas son:
– Temperatura constante.
– Uso más eficiente del agua.
– Seguridad, a la hora de estar seguro de no quemarnos por una excesiva temperatura en el agua.
– Caudal constante.
Estas características junto con otras no mencionadas se podrían resumir en una sola palabra, comodidad, el uso de estos grifos se puede resumir en comodidad.
Además podemos encontrar multitud de grifos, en muy diversos acabados y materiales: tanto en latón y posteriormente cromados, es un grifo que normalmente es más económico que otros, tiene más brillo que los de acero y su variedad es algo más limitada. Como en bronce, acero inoxidable, siendo este el mas común y usado o níquel cepillado. También pueden estar acompañados de otros materiales como vidrio, cerámica, etc.