Cómo iluminar correctamente el baño
Tanto si te acabas de comprar una casa como si estás haciendo reformas en el baño, tendrás una duda habitual. ¿Cuál es la mejor forma de iluminación para el baño? Aprender a iluminar correctamente el aseo es fundamental para lograr la atmósfera que deseamos.
Cuando vayamos a escoger el tipo de iluminación, deberemos atender tanto a su funcionalidad para las tareas diarias (como peinarnos, maquillarnos, afeitarnos…) como a su estética.
Recordemos que la luz es un elemento decorativo más. A continuación, te explicaremos cómo elegir la mejor luz para tus baños.
¿Qué temperatura de la luz es mejor para el baño?
En primer lugar, debemos analizar la temperatura de la luz según el tipo de ambiente que deseemos generar. Encontramos tres tipos de temperatura: cálida, natural o neutra y fría, las cuales varían según predomine mayormente el tono amarillo o azul, respectivamente.
Luz cálida
La luz cálida es ideal para ambientes acogedores, así como para zonas de relajación y descanso (como la bañera). Sin duda, este tipo de luz es la más conveniente si queremos crear un espacio de aseo íntimo. La luz cálida se encuentra entre los 2700 y 4000 k.
Luz natural
La luz natural o neutra ronda los 4000 k. Esta temperatura, más blanca que la luz cálida, puede emplearse a modo de iluminación de ambiente. Asimismo, es aconsejable colocarla en el lavabo para los quehaceres diarios, como lavarse los dientes o maquillarse.
Luz fría
Por último, la luz fría de tono azulado es la menos aconsejable para los baños de estilo afable y cálido.
La razón no es tanto estética. Este tipo de temperatura suele usarse para tareas que requieren bastante iluminación. Por tanto, podemos colocarla en los sitios funcionales donde necesitemos ver mejor.
¿Qué tipo de luz de baño poner según el ambiente?
Lo más conveniente es crear una combinación de tipos de luz. De esta manera, podemos jugar con los contrastes y matices para crear un espacio único.
Luz general o de ambiente
La luz general iluminará todo el espacio. Podríamos decir que se trata de la luz base. Normalmente, la luz de ambiente suele colocarse en el techo mediante plafones o focos empotrados. El número de plafones a colocar dependerá del tamaño del aseo.
Para los cuartos de tamaño mediano, suele bastar un plafón de 4 focos.
Asimismo, si es posible, es conveniente usar la luz natural como iluminación de ambiente. Es la que más sensación de naturalidad transmite. Para aprovecharla lo máximo posible, debemos tratar de no entorpecer su paso mediante cortinas oscuras, cristales opacos o persianas.
Luces puntuales y de acento
Si deseamos ganar luminosidad y evitar las sombras, podemos colocar luces puntuales en la zona del lavabo en el techo o la pared. Para sobresaltar aún más la confortabilidad, podemos combinar la luz puntual con una luz de acento en el espejo.
Emplear este tipo de luces, más agrupadas en zonas concretas, hará de tu cuarto de aseo un espacio único.
Contamos con infinitas opciones: uno o varios apliques en el espejo, lámparas empotradas en la pared encima del espejo, tiras de luces o incluso espejos con la luz ya incorporada.
Por otro lado, no debemos olvidarnos de la bañera y ducha. Iluminarlas es igual de importante si buscamos una atmósfera acogedora, especialmente en la zona de los baños, donde muchas veces deseamos un momento de paz y relajación. Las soluciones más habituales son los apliques o tiras de led, siempre de bajo voltaje (DC12V).
Ahora que ya conoces múltiples formas de iluminar tu baño, ¡te toca ponerte manos a la obra! Estaremos encantados de ayudarte en todo el proceso de reforma de tu vivienda.